miércoles, 9 de diciembre de 2009

Músico no vidente tiene una década de carrera en la Avenida Central

Jorge Herrera y el grupo “De Punta a Punta” deleitan a los transeúntes de la Avenida Central con ritmos pegajosos y una lección de perseverancia.



Desde siempre estuvo decidido a que la oscuridad que invadía su mirada no le impidiera vivir, en el más amplio sentido de la palabra. Con esa misma decisión convirtió la Avenida Central de San José en su lugar de trabajo. Allí “hace llorar” a su requinto ante la admiración de propios y extraños desde hace una década.

Jorge nació hace 51 años en San Vito de Coto Brus. Traía la música en las venas como herencia de su padre, abuelos y tíos. También traía una llama alegre y candente en el alma que años después lo llevaría a vivir sin limitaciones la aventura de la vida.

Por mucho tiempo Jorge, trabajó en el Ministerio de Obras Públicas y Transportes, pero siempre se mantuvo fiel al gran amor de su vida: la música.

Sitios Relacionados

Patronato Nacional de Ciegos de Costa Rica

Instituto Hellen Keller

Los más queridos del bulevar
Ahora cada día, durante al menos tres horas, llena el bulevar de cumbias, boleros y rancheras, rodeado de transeúntes que se rinden ante el contagioso sonido. Hace cuatro años su hermano Arley decidió acompañarlo con sus maracas y su indiscutible capacidad de mercadeo.

A ellos se les unió el guitarrista y bajista Mario Moya, un hombre tímido que sólo rompe su silencio para cantar. Cuando termina la función recoge sus ganancias, que consisten en todo lo que los transeúntes depositen en una caja de zapatos y un vaso plástico. Luego, se va tan silencioso como llegó, abrazado de su guitarra.

El polifacético Jorge, el persuasivo Arley y el nostálgico Mario forman el trío “De Punta a Punta”. Entre mucha gente que hay en el bulevar de la Avenida Central tratando de ganar el sustento, ellos son quizás los que tienen más poder de convocatoria.

Sus discos grabados en “Radio Cucú” son la principal fuente de ingresos de Jorge y su hermano Arley. Cada uno tiene un costo de ¢2000. Por día venden entre cinco y veinte copias.

La música en la calle, una forma de vida
En contraste con los vendedores que tienen que salir corriendo cada vez que un oficial de la Policía Municipal, de “De punta a punta” cuenta con el apoyo de la Municipalidad. Jorge Herrera tiene un carné que le otorgó el Patronato Nacional de Ciegos, que respalda sus actividades económicas.

Además de aplausos y dinero, don Jorge se lleva algo que para él es quizás lo más valioso: amistades sinceras y entrañables. Él no duda en compartir todas sus bendiciones y por eso imparte clases de guitarra en el instituto Hellen Keller y tiene su propia escuela en las cercanías del Parque de la Paz.

Jorge dice que desea enseñarle a muchos jóvenes que la música tiene el poder sobrenatural de trascender cualquier limitación y fortalecer el espíritu hasta el punto que el cuerpo es sólo un instrumento más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario